Por Maurizio Andolfi y la Facultad Internacional.
PREÁMBULO
En julio de 2023, más de mil psicoterapeutas de más de 50 países y de todas las orientaciones se reunieron en Asís (Italia) durante tres días para celebrar la terapia familiar, su impacto y potencial, y para intercambiar ideas. La conferencia se tituló “Terapia Familiar: El camino que conecta los recursos individuales y sociales”. Fue organizada por la Accademia di Psicoterapia della Famiglia de Roma y patrocinada por la Asociación Americana de Terapia Marital y Familiar (AAMFT), la Asociación Australiana de Terapia Familiar (AAFT), la Asociación Asiática de Terapia Familiar (AAFT), la Asociación Europea de Terapia Familiar (EFTA) y la Asociación Mundial de Psiquiatría Social (WASP).
Aunque hubo tres idiomas oficiales —inglés, italiano y francés—, se escucharon muchos idiomas diferentes entre los emocionados participantes, lo que atestiguó el atractivo y la influencia global de la conferencia. Este Manifiesto es resultado de esa reunión y de los muchos participantes que ofrecieron sus ideas sobre lo que es críticamente importante en el trabajo con familias, sintetizado por una Facultad Internacional de líderes en terapia familiar.
HISTORIA
La terapia familiar, como tratamiento innovador en salud mental, surgió hace 70 años en Estados Unidos y se extendió por todo el mundo como una intervención revolucionaria, a menudo en desacuerdo con las modalidades de tratamiento prevalecientes que se centraban en dinámicas intrapsíquicas. Cambiar el foco desde los problemas y trastornos individuales para incluir a la familia y la comunidad no fue simplemente una aproximación diferente; fue un punto de inflexión político que contextualizó al «paciente identificado» y destacó los recursos terapéuticos dentro de la familia y sus entornos sociales. Durante mucho tiempo, los terapeutas de todo el mundo se identificaron como parte del movimiento de la terapia familiar, formando parte de una gran comunidad de profesionales.
NUEVOS DESAFÍOS
El tratamiento de la salud mental se ha convertido en una práctica estándar y común en muchos países, y el lenguaje diagnóstico del DSM se ha incorporado en el vocabulario de la vida cotidiana. Sin embargo, la excesiva dependencia de la hospitalización y el uso excesivo y a veces abusivo de etiquetas y medicamentos han aumentado debido a la búsqueda de soluciones rápidas y económicas. Las presiones financieras sobre sistemas de salud mental con poco financiación también jugaron un papel, al igual que el auge de una cultura global de individualismo narcisista a expensas de la conexión relacional. La fragmentación familiar, junto con atrocidades y guerras en todo el mundo, desplazamientos y migraciones forzadas, desigualdad de género y riqueza, y el cambio climático plantean enormes desafíos para las familias y, en última instancia, para el bienestar individual.
Con este Manifiesto de Asís, declaramos la necesidad de reconocer la interconexión entre individuos, familias, comunidades y sociedades, e incorporar la terapia familiar como un vehículo para acceder a la resiliencia y la sanación. Con las nuevas perspectivas y el entusiasmo de las generaciones más jóvenes de terapeutas familiares y el movimiento emergente de terapeutas en Asia, América Latina, África y Europa del Este, junto con las lecciones que aprendimos a través de nuestra historia, buscamos revitalizar la comprensión de las familias y las comunidades, sus valores culturales y sus recursos.
DEBEMOS ESCUCHAR A NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
Nos preocupa gravemente el dramático aumento de los problemas de salud mental en adolescentes desde el inicio de la pandemia de COVID. Los adolescentes corren más riesgo en una sociedad fragmentada y tóxica donde la desintegración familiar, la monoparentalidad y la ausencia de la figura paterna se están convirtiendo en la norma. Conflictos parentales e intergeneracionales no resueltos, y la marginación, junto con los impactos perjudiciales de las redes sociales, están dañando el desarrollo saludable de los adolescentes, lo que resulta en una variedad de síntomas y trastornos que amenazan con convertirse en rasgos persistentes y universales. Sin embargo, sus voces siguen sin ser escuchadas, especialmente en contextos terapéuticos en los que están ausentes o se les excluye de la sala de terapia. Los niños pequeños ya no pueden ser vistos como problemas individuales o víctimas aisladas de abusos. Tienen una voz que debe ser escuchada y una competencia relacional que debe ser utilizada en la terapia para la curación familiar.
Con este Manifiesto, afirmamos que es esencial escuchar las voces de los jóvenes sin prejuicios ni etiquetas. Ellos hablan por sí mismos y por sus familias. Sus voces, a veces arrogantes o extrañas, enojadas y provocativas, a menudo son un grito desesperado de amor y atención. Necesitamos ir más allá de las categorías psiquiátricas y los síntomas para comprender sus necesidades y sus limitaciones, para poder verlos de manera holística dentro de sus vínculos relacionales. Debemos hacerlo sin culpar a los padres y también reconociendo y comprendiendo las difíciles condiciones humanas que los padres sobrecargados no deberían enfrentar solos. Sabemos por la investigación existente que la terapia familiar funciona y es una modalidad terapéutica efectiva -basada empíricamente -con niños y adolescentes en cualquier cultura.
CRISIS DE PAREJA Y DIVORCIO
Las crisis de pareja son complejas y multifacéticas, abarcando una amplia gama de problemas que pueden desafiar la estabilidad y armonía de todas las relaciones. Estas crisis a menudo se ven como batallas privadas, pero son tanto un síntoma como una causa de problemas dentro del sistema familiar más amplio. Las crisis de pareja son emocionalmente contagiosas dentro del sistema familiar, particularmente en el caso del divorcio. La familia extendida, los niños en particular, e incluso amigos experimentan las consecuencias emocionales de las crisis de pareja, asumiendo responsabilidades de cuidado o siendo triangulados en conflictos conyugales. Este manifiesto reconoce la interconexión de las crisis de pareja (incluidas las de unidades familiares del mismo sexo y no tradicionales) con la estructura familiar más amplia, ofreciendo un camino a las parejas para la sanación y la resiliencia dentro de la familia con un enfoque multigeneracional como componente.
PÉRDIDAS, TRAUMA Y RESILENCIA
La muerte es una condición inevitable de nuestra existencia. Sin embargo, morimos y sufrimos de diferentes maneras según nuestras tradiciones culturales, religiones y creencias espirituales. Categorizar el duelo como saludable o patológico basado en etapas desactualizadas, individuales, temporales y lineales es inexacto y reduccionista. Como terapeutas familiares, podemos facilitar procesos relacionales que fortalezcan a las familias y faciliten el afrontamiento de eventos vitales esperados, así como de pérdidas traumáticas vinculadas a la violencia, guerras y migraciones forzadas que estamos presenciando actualmente a una escala global sin precedentes. Como terapeutas sistémicos y comunitarios multigeneracionales, entendemos cómo tales experiencias impactan a las familias a lo largo de generaciones e intervenimos para ayudarles a superar experiencias traumáticas y dolorosas actuales e históricas promoviendo la reconexión y el perdón.
DISCRIMINACIÓN SOCIAL Y CULTURAL
Nuestro mundo está cada vez más dividido y fracturado por la discriminación cultural, la injusticia económica, el racismo, la homofobia, la transfobia, el sexismo, la represión política, la guerra y los desastres naturales; debemos reconocer no solo la vulnerabilidad de las familias y los niños atrapados en estas dificultades, sino también su resiliencia para afrontarlas y sobrevivir. Como terapeutas familiares, reconocemos la necesidad apremiante de un manifiesto que valore la flexibilidad y guíe la práctica dentro de la sala de terapia, pero también donde están las familias: en las calles, refugios, iglesias y centros comunitarios. Además, nuestro Manifiesto es un llamado a la acción, abogando por la justicia social a través del empoderamiento, la inclusión y el reconocimiento y establecimiento de derechos humanos básicos.
FORMACIÓN
Trabajar con familias y comunidades no es fácil. Abogamos por una formación profesional intensiva, basada en teorías y métodos establecidos junto con prácticas de campo supervisadas clínicamente. Además, los psicoterapeutas deben trabajar continuamente en comprender los traumas, adversidades, pérdidas, fracasos y resiliencia tanto en las familias de sus clientes como también en las suyas propias. El Manifiesto de Asís es una declaración para contactar a nuestras asociaciones profesionales, universidades e instituciones privadas de formación para alentarlos en esta dirección. De esta manera, esperamos aumentar el sentido de pertenencia y el intercambio científico entre una gran comunidad global de profesionales del área de la familia.
CONCLUSIÓN
Considerando las divisiones políticas y religiosas actuales en nuestro mundo, evidenciadas por el crecimiento de movimientos políticos populistas, guerras devastadoras en Europa del Este, Medio Oriente, África, Asia y otros lugares, así como las oleadas de migrantes y refugiados, ahora más que nunca es tiempo de reconocer y fortalecer a la familia como el fundamento de la sociedad y, por lo tanto, un vehículo importante para la salud. Es con este espíritu que presentamos este Manifiesto, que ha sido respaldado por los patrocinadores de la Conferencia de Asís.
23 de noviembre de 2023